Política y Social

A vueltas con el movimiento

Rutas por Madrid

Adrián Pinar Historiador y director de Microplán Madrid

¿Dónde ir? Que es como decir, ¿por qué ir? El origen del movimiento proviene de leyes físicas para todo lo existente y de imperativos biológicos para el segmento de lo vivo. La humanidad contemporánea acomodada se mueve, además, bajo otros impulsos, espurios o no.

¿Vas o te llevan? Recuerda el mapa de tu movimiento y búscale una argumentación. Un razonamiento mínimamente crítico concluye que cualquiera está condicionado para el movimiento previsto, el movimiento decidido en una instancia más allá de la conciencia libremente generada. Y eso ocurre con el movimiento físico en general y con el segmento del movimiento mental, por supuesto. También con el pensamiento que ha conllevado lo escrito en este artículo hasta aquí y de aquí hasta el final.

Coordino un proyecto de comunicación sobre Madrid que incluye la organización de visitas guiadas. Una de mis principales tareas en ese sentido consiste en reducir a recorridos las ideas y acontecimientos que han conformado la historia de la ciudad, que es la mía, por cierto. Elijo (que no decido) las rutas partiendo de mi formación como historiador y mi experiencia de la arquitectura, el arte o la gastronomía de Madrid. Otros eligen (que no deciden) venir conmigo u otro integrante de Microplán Madrid, el proyecto para el que elijo cosas, a transitar por alguna de mis elecciones.

En septiembre de este año me apunté a una de las actividades organizadas por Medialab-Prado en el contexto de La Celeste, la semana de la movilidad de Madrid. Se trataba de Callejeo crítico. Subterráneos, una ruta protagonizada por misterios, bajos fondos y túneles invisibles de Madrid creada y guiada por Servando Rocha, escritor y editor de La Felguera Editores.

El recorrido que eligió Servando para los asistentes que elegimos ser guiados por él empezó en la Puerta del Sol, siguió por Montera, plaza de Carmen, Gran Vía, plaza de Callao, Preciados, entorno del Senado y terminó en la plaza de Oriente. O sea que atravesamos el recorrido o los del consumidor del centro de Madrid al hilo del de Servando. Respecto a la gente con la que nos cruzamos, nosotros utilizamos otros movimientos físicos y mentales, desde el ritmo a los sobreentendidos, pasando por los lugares en los que nos detuvimos y el lenguaje gestual.

Como colectivo, modificamos en el grado que fuere el recorrido habitual del hipercentro, imposible no hacerlo con el discurso de Servando para ese día. Un segmento de los asistentes lo formaban los organizadores, que ya conocían el recorrido y que tenían el rol de apoyar logísticamente a Servando. Sus movimientos fueron diferentes, los que les correspondían. Otro segmento era yo, un guía en una visita guiada ajena, en movimiento por calles muchas veces transitadas al hilo de mis propias (es un decir) conclusiones sobre lo vivido por otros y por mí mismo en ellas.

Te llevan y te llevas con lo aprendido cuando te llevaron en otras ocasiones, te atraviesa lo físico, lo biológico, lo colectivo, lo segmentado. Entonces, ¿cómo se construye un movimiento social? ¿Qué consecuencias tienen las pervivencias y los cambios respecto a la movilidad? La parálisis, la desobediencia, el antirrecorrido, la resiliencia, ¿sirven? ¿En qué acepción del verbo servir sirven o no sirven?

¿Qué decían los estoicos sobre el movimiento?

 

Política y Social

Adrián Pinar

Historiador y director de Microplán Madrid

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