General

Creatividad y producción

Rosa Olivares Periodista y crítica de arte

“La creatividad es una habilidad que se desarrolla con el ejercicio”

Jum Nakao

La definición de creatividad es: capacidad o facilidad para inventar o crear. Ya desde este inicio se plantean conjuntamente la posibilidad y su negación, la creatividad es ciertamente una capacidad especial para generar ideas y formas, nuevas o diferentes. Pero esa facilidad esquiva sistemáticamente el método, el esfuerzo y una capacidad de desarrollo y perfeccionamiento. Un creativo genera ideas, novedades, pero al parecer es también alguien que las va soltando al vacío y poco o nada las desarrolla, rara vez las convierte en un producto negociable. El creativo por excelencia es el artista, el poeta que risueño y ensimismado escribe con una facilidad pasmosa. Se dice que es creativo al niño que es ocurrente, al joven que tiene facilidad para las artes, y paulatinamente se ha desarrollado la idea de creatividad en paralelo a las artes, sin pararse a diferenciar sus características. Un futbolista es creativo en sus regates, en ver la oportunidad para el gol, en su habilidad con el balón. Pero no es, nunca, un artista. Un creativo hoy en día es, por oficio, el publicista que genera slogans, frases que ayudan a la venta de cualquier producto, alguien brillante y rápido mentalmente, que produce poco más que aire, espuma efímera con un uso perverso en la mayoría de las ocasiones. Evidentemente algo totalmente opuesto a lo que es un artista, ya sea músico, escritor, o visual, o  un científico.

Para mi hay dos elementos esenciales para definir y colocar en su justo lugar a la creatividad. En principio la creatividad es básicamente una semilla que encontramos en algunas personalidades. Si esa semilla se riega, se cuida, se puede generar un producto excelente. Por desgracia la mayor parte de las veces esa semilla se malogra, en parte por la engañosa facilidad que plantea, y en parte por un exceso de reconocimiento. Por ejemplo, la creatividad infantil rara vez se mantiene más allá de la pre adolescencia, es un fuego fatuo que se da en una etapa vital ajena a los prejuicios sociales, un momento de libertad e inocencia proclive a sacar lo mejor de una forma directa y sin retórica. Pero es también, un momento de poca formación, el inicio de las personalidades, y en su encuentro con la sociedad, con el grupo y con una realidad que nos exige esfuerzo y resolución, esa creatividad suele desaparecer para igualarse a la del resto, homogeneizarse, no destacar por miedo al ridículo o al fracaso. Y también es un momento en el que la gracia infantil ya no es acogida con el mismo aprecio. La creatividad hay que trabajarla continuamente o desaparecerá.

La creatividad es simplemente un cierto tipo de músculo, como la memoria, que unos tienen mejor dotado que otros pero que finalmente, se desarrolla con el uso, el ejercicio, se adiestra y se transforma  o se relaja y desaparece. Igual que el atleta entrena y supera sus marcas, en cualquier faceta la creatividad (la memoria, y cualquier otra habilidad) se ejercita con entrenamiento y esfuerzo y se desarrolla o desaparece. No es un don divino, es una herramienta, una habilidad. No es un objetivo en sí mismo, sino una herramienta para conseguir algo más.

Es muy conocida la frase de Pablo Picasso “cuando llegue la inspiración que me pille trabajando”.  Y podemos utilizar a Pablo Picasso como claro ejemplo de una personalidad creativa que ejercita de forma sistemática su habilidad, desarrolla su trabajo con esfuerzo, sin acomodarse a un género o a una técnica ni a un estilo. En su larga carrera atraviesa diferentes etapas, estilos, renovando estéticas y moldes, reinventándose continuamente más allá que ningún otro artista en el siglo XX.  Y aquí quiero apuntar la diferencia que existe entre una persona creativa y un artista o un científico, las dos tipologías creativas con las que se asocian generalmente. La creatividad es una chispa, que puede encender un fuego o perderse en la oscuridad. Un artista cambia la percepción de la realidad, el trabajo de un artista es más complejo que simplemente crear, con su creación transforma la percepción que tenemos de la realidad, cambia el mundo y el conocimiento que tenemos sobre él. Como el científico, que avanza en el conocimiento de la vida y del mundo, y lo prolonga y transforma con la ciencia y sus usos. En estos casos la creatividad es una forma de sentir que transforma el método de trabajo, pero que inevitablemente se alía con el trabajo, el esfuerzo y el conocimiento. Y con un objetivo mayor que la producción más o menos sistemática de productos para el consumo. Es decir, para dejarlo claro: la creatividad no es sinónimo de genialidad en absoluto.

Hace muchos años Mario Vargas Llosa explicaba su método de trabajo en una conferencia: «me levanto a las ocho de la mañana cada día, excepto domingos, me ducho, desayuno y leo la prensa, y a las 10,00 como muy tarde me siento a escribir. A las 14,30 paro para comer y descansar media hora; a las cuatro de la tarde me vuelvo a sentar a escribir hasta las siete u ocho de la tarde, si no tengo ningún compromiso. A veces después de cenar vuelvo a escribir, o paso varias horas leyendo. Hay días que no consigo más que unas frases, a veces algunas páginas, otros días no consigo nada, pero después de semanas, meses, incluso años, consigo una nueva historia, una novela».

Escribir es, en definitiva, un duro trabajo diario en el que se suma la habilidad, el conocimiento, el esfuerzo  y la creatividad. Algo similar a lo que sucede en un laboratorio, en el taller de un artista, en el estudio de un músico: horas de esfuerzo, años de estudio. No hay descubrimientos fortuitos sin práctica, esfuerzo y preparación. Los milagros suceden después de toda una vida buscándolos.

No hay que olvidar nunca que la creatividad es una habilidad típica de la cognición humana, presente también hasta cierto punto en algunos primates superiores, en los que se desarrolla rápidamente con entrenamiento. La creatividad también se desarrolla en muchas especies animales, pero parece que la diferencia de competencias entre dos hemisferios cerebrales es exclusiva del ser humano. Una gran dificultad para apreciar la creatividad animal es que la mayoría de especies de cerebros difieren totalmente del humano, estando especializados en dar respuesta a estímulos y necesidades visuales, olfativas, de presión y humedad propias. Solo podemos apreciar la creatividad con mayor facilidad, en las diferencias de comportamiento entre individuos en animales sociales, cantos, cortejos, construcción de nidos, y uso de herramientas. Se ha podido ver resultados cercanos a los artísticos en elefantes y gatos y se ha podido desarrollar una cierta creatividad por imitación en perros, delfines y algunos otros mamíferos marítimos Sin embargo es en el ser humano en el que es más característico, sin olvidar que es básicamente desarrollado con práctica. Dos elementos imprescindibles para desarrollar la creatividad es la libertad y, hasta cierto punto, la soledad, y una cierta seguridad en sí mismo, a veces conseguida por el éxito en la repetición.

Los estudios científicos para analizar la creatividad en laboratorios o a través de estudios en grupos por edad, sexo, raza, etc., no me han parecido nunca fiables en absoluto, pues es como medir el agua al peso. Para empezar el mundo de cada especie animal es diferente al del humano y por lo tanto la forma de enfrentarse a él es necesariamente diferente. Y en cuanto a los hombres y mujeres, aunque creatividad sea un nombre femenino nunca se ha podido demostrar científicamente si está más desarrollado en un sexo o en otro, ya que las condiciones sociales, educativas y culturales definen básicamente las posibilidades de desarrollar la creatividad y la inteligencia.

En la sociedad actual se tiende a asimilar creatividad a artístico o a ingenioso, rebajando los niveles cualitativos del pensamiento a la habilidad práctica. Por ejemplo en el deporte o en cualquier otra actividad, desde la decoración a la gastronomía, todo es creativo y por ende acaban siendo artistas los futbolistas, el toreo es un arte, y así paulatinamente se vacían de sentido el arte y la ciencia, dando lugar a un territorio más plano en  los que la creatividad y su práctica se parece más a un concurso de televisión que a una actividad mental.

General

Rosa Olivares

Periodista y crítica de arte

(Madrid, 14 Septiembre 1955) es una periodista, editora, escritora y crítica de arte española pionera en los años 80 de la organización de exposiciones fotográficas. En la década de los 90 dirigió LAPIZ Revista internacional de arte. Ha creado diversas revistas especializadas en arte y fotografía contemporánea. Es además comisaria independiente de exposiciones de arte contemporáneo.