¿Cuál fue el motivo o el detonante de tu cambio?
Yo soy Francesa. Vivía en París donde he nacido, ahí trabajaba. A los 25 años trabajaba y vivía como un autómata, porque estaba ahí, no más; porque había nacido. Vivía a medio gas, o cuarto gas, o menos incluso, llena de miedos y pánicos y encerrada en una torre de hormigón sin ventana…sobre todo que no me vean, no me toquen, no sentir…. Con 25 años no tenía proyectos, no sabía qué hacer con mi vida, estaba totalmente perdida y deseando muchas veces que alguna ola gigante me llevara lejos, muy lejos de aquí…no sentir más…no respirar…no tener que decidir cada mañana si levantarme o no…sin saber cómo acabar con el infierno, sin saber si realmente quería acabar o no…
Creo que me he roto muy pronto, pero tengo recuerdos de desesperación y vértigos especialmente agudos a partir de los 17 años más o menos. Bachillerato, Universidad… no terminé… empecé a trabajar. Un día empujaba el otro… hasta que una amiga mía que vivía en Madrid con su novio, me invitó a pasar allí unas vacaciones.
En un mes de septiembre llegué a Madrid, mi amiga organizó una fiesta en su casa, yo me enamoré de un chico que asistía a la fiesta, o mejor dicho creí enamorarme de él. Volví a París, trabajé unos mes más allí, él vino a visitarme a París y decidimos vivir juntos, así que me fui a vivir con él a Madrid.
Di clases de francés, tenía bastante trabajo, pero no tenía contrato, no tenía papeles, y en aquellos momentos no era fácil ser comunitario en España todavía.
En resumen, me fui de un país donde podía vivir en buenas condiciones, a un país donde todo era mucho más complicado. Y sin conocer el idioma, que me atraía mucho, así que lo aprendí deprisa.
Mi decisión de ir a España no ha sido una decisión reflexionada, madurada: ha sido una mera HUÍDA, sin más. Me fui para escapar de mi vida, de mis problemas, de mí, pensando que todo cambiaría si cambiaba de lugar. ¡¡¡Un error garrafal!!!
¿Como lo viviste?
Yo huía, tenía la esperanza de que las cosas iban a cambiar, de que YO iba a cambiar como por arte de magía, sólo por haber cambiado de sitio. Las primeras semanas, los primeros meses fueron como una suerte de sueño, de ilusión. Iba conociendo la Ciudad, conociendo los lugares, conociendo gente, los amigos de mi novio, todos me acogieron con simpatía. Era como vivir en un estado de casi vacaciones, un estado intermedio, me dejaba llevar. Empecé a trabajar. Y no tardé en notar que yo seguía siendo yo, que seguía encerrada en mi torre de hormigón sin ventana…
No tardé en notar que mi mochila de problemas, de miedos, de vértigos, seguía ahí, bien atada a mi espalda. Y además, cada vez más pesada. Seguía “enamorada”, sin darme cuenta que me había “enganchado” a un hombre como se engancha un vagón a una locomotora. Alguien tiraba de mí, alguien me cogía de la mano y me decía por donde ir. Yo me adapté a sus gustos, a su ritmo, a sus aficiones, a su vida, aprendí muchas cosas, viví experiencias bonitas, eso es cierto, pero me olvidaba de mí. Como siempre. Buscaba un padre, o una madre, que me cuidara como a una niña pequeña. Pero tenía 25 años…26 años…27 años…y seguía sin saber qué hacer de mi vida. ¿¿¿Por qué haber nacido???…
¿Sientes que te fuiste o que llegaste?
En aquel momento, sentí que me iba, que huía sin lugar a duda. Mi familia estaba muy preocupada. Yo también. Daba la imagen de una mujer moderna, segura de sí misma, pero era una imagen, un escaparate. Me costaba horrores mantener esa imagen, esconder mi verdadero “yo”. Esconder esa sensación de caída al vacío. Estar interpretando un papel todo el tiempo. Pero ¿cómo explicar lo que se siente cuando no se tiene ganas de vivir? ¿A quién pedir ayuda? ¿A quién explicar que levantarse por la mañana puede ser una tortura atroz? Huir, huir sin encontrar nunca una puerta abierta, sin saber qué paso dar, y dar pasos sin rumbo, correr en cualquier dirección como una persona perseguida que corre bosque a través aterrorizada. Pero ¿por qué? ¿Por qué ha tenido que ser así? ¿Por qué me ha tocado tener una cabeza tan complicada, tan turbia? ¿Por qué?.
¿De dónde te sientes?
Hoy en día, después de 29 años en España me parece, me siento de Francia por supuesto, pero de forma menos tajante, mucho menos absoluta, porque he podido comparar la realidad de aquel país con otra cosa, y mirar con distancia y elementos para comparar es muy importante. Soy una francesa digamos, más “descafeinada”. Más crítica. Y me siento también mucho de aquí. Encontré aquí a personas, terapeutas, que me ayudaron a sacar la cabeza del agua, a evitar que me ahogara, con ellos pude empezar a recorrer mi propio camino poco a poco. Pude empezar a encontrar mi equilibrio. Aún frágil, aún me queda mucho por hacer, pero estoy mucho mejor. He conocido a gente que tengo en mi corazón, que no olvidaré nunca, y he conocido a un hombre, mi marido, con quien hoy en día ya no tengo una relación de locomotora/vagón, sino que vamos como dos locomotoras en paralelo, cogidos de la mano. Más o menos. A él le debo mucho, ha demostrado que me quiere, y ha tenido mucha paciencia conmigo, esperando que yo evolucionara. Y a su familia le debo mucho cariño, se han portado y se portan muy bien conmigo, me recibieron con mucho cariño.
Y de aquí me siento porque este país es tan bello, porque yo llego a Cádiz o a Barbate y revivo, me embriagan. Llego a la zona de Atienza y del románico y revivo, aquello me embriaga. Valencia, Extremadura, tantos, tantos sitios que son parte de mí. Los atardeceres de la provincia de Segovia, los paisajes del campo extremeño, ese recorrido del Ave entre Puerto Llano y Málaga, estas sierras maravillosas…
¿Has podido hacer este lugar tuyo?
Sí, ahora sí. Me ha costado muchos esfuerzos, mucho tiempo. Hace mucho tiempo odiaba este país, este sitio, esta ciudad, estas costumbres, estas formas de ser, porque no sabía ni quien era, ni lo que hacía, ni cómo cambiar. Me odiaba a mí misma sobre todo, no me soportaba, no soportaba ni mi mente, ni mi cuerpo, me odiaba sencillamente. Y me maltraté muchísimo.
Sin embargo ahora, si tuviera que ir a vivir a otro país, no podría dejar de volver a España. Mi corazón está aquí, por lo menos en parte. Soy de aquí también.
¿Te sientes en casa en algún sitio?
Sí, ahora me siento en casa donde esté, o por lo menos, lo intento. En Madrid, en Cádiz, en la Sierra de Atienza, en Barcelona, en Barbate, en Estepona, en Tánger, en Berlín, en Nueva York, en casa de mi madre, en casa de mi suegro. En mi casa, incluso. Me ha costado también, pero llevo años sintiendo que en casa me siento en mi casa. La cuido más, ordeno más, me comprometo más con su cuidado. Me siento en casa ahí donde estoy viviendo el momento presente. Quiero que sea así, porque creo que nuestra primera y primaria casa somos nosotros mismos.
¿Qué es lo que te ha impresionado o afectado culturalmente?
Al llegar aquí me molestó el ruido, lo alto que habla la gente, hasta en los museos. La poca cantidad de verdura que se come en Madrid, y demasiadas proteínas. Los horarios, me parece absurdo cenar tarde, no nos hacen falta tantas calorías tan tarde para ir a la cama.
Pasar horas de pie en los bares me aburre, y me cansa, y como no bebo alcohol, pues menos atractivo todavía…
Me impresionó no escuchar en las calles más idiomas que el español. Pero llegué hace mucho. Yo estaba acostumbrada a oír árabe constantemente, idiomas de África, de muchos lugares del mundo. Y aquí de repente, solo español. ¡Y una mayoría inmensa de gente blanca! No estaba acostumbrada. Descubrí esto años después de mi llegada, escuchando a dos señores árabes en el metro. Al oírlos, pensé “¡Estoy en casa!”. Volvía a escuchar los sonidos de mi infancia y juventud. Ahora ya han cambiado las cosas, hay mucha gente de fuera aquí también, aunque aún no se ven muchos mestizos como en las grandes ciudades de Francia. Pero supongo que esto ocurrirá también, es ley de vida después de todo.
Me sorprendió mucho el lugar que ocupan los niños en la sociedad, parece que son los Reyes de la familia, hasta las abuelas dejan que sus nietos se sienten en el metro, aunque ellas no puedan sentarse. Eso es algo que no puedo entender.
Tampoco me gusta demasiado la actitud de las “madres españolas” típicas, muchas son literalmente “esclavas” de sus hijos, y se colocan ellas en este papel. Al final lo que consiguen es educarlos (a los varones) como perfectos machistas, son tan posesivas con ellos que yo creo que los “castran”, en un sentido figurativo naturalmente. Quieren ser LA madre, LA mujer de la vida de sus hijos varones, y muchas ocupan un lugar muy abusivo en la pareja cuando se casan los hijos varones, y cuando nacen nietos, también… Con las hijas, es algo diferente, aunque a las madres les suele gustar controlar cómo sus hijas tienen su casa puesta…etc.. Obviamente existen muchos matices y muchas formas de ser.
Me sorprende aún mucho que cuando a una persona que tiene su propia casa, sea casada o no, se le pregunte, por ejemplo para las vacaciones de verano o de Semana Santa: “¿Vas a tu casa?”, entendiendo que la casa en cuestión es la casa de los padres. Si me preguntan si voy a mi casa para las vacaciones, contesto que no, que en Madrid estoy en mi casa, y que para Navidad voy a casa de mi madre, si es que es el caso. Esa confusión entre la casa de los padres y la casa propia es curiosa y muy significativa de las ataduras. El cordón umbilical aquí parece resistir mucho al paso del tiempo.
LA ASISTENCIA MÉDICA PRIMARIA: los centros de salud son un desastre, los médicos no tienen tiempo para escuchar a sus pacientes, trabajan a toda velocidad y encima están muy mal pagados, eso todos los médicos, de salud pública en todo caso, cobran sueldos de miseria y de vergüenza para lo que tienen que estudiar y trabajar. Y el diálogo paciente/ médicos es MUY diferente, aquí aún se nota una especie de desprecio hacia el paciente, se lo considera como un inútil que no entiende las cosas y que tiene que limitarse a hacer lo que le dice el médico. De explicaciones y diálogo cordial, nada. Hoy día es algo distinto pero no mucho…
¿Qué diferencias notas más y cuáles menos?
La diferencia en cuanto a estética del país se nota mucho a mi parecer.
La diferencia a nivel de asistencia sanitaria también aunque en Francia la situación está empeorando claramente. Aun así, el diálogo paciente/médicos sigue siendo mejor.
La relación entre ciudadanos es a veces extraña, como si algunos quisieran a veces imponer una opinión o respuesta a otros. Con algo de menosprecio a veces. He notado esto mucho en las administraciones, donde los empleados suelen tener una actitud de superioridad hacía los ciudadanos. Un ejemplo claro de esta relación extraña: aquí la gente sigue teniéndole miedo a la guardia civil ; he visto muchas veces filas enteras de coches frenando cuando ven un vehículo de la guardia civil de tráfico o de policía delante de ellos en autopista, no se atreven a pasar aunque que pasar no suponga ir más deprisa que la velocidad autorizada. Quizá todo esto sea debido a un atavismo aún presente, años de un régimen autoritario deja huellas en las mentalidades, y no se borra esto tan deprisa, hacen falta generaciones para que se borren las huellas. Pero va por buen camino, felizmente!
¿Qué es lo que echas de menos?
Echo de menos unas amigas, mi familia, estar más cerca de mi madre que es mayor ahora y vive sola, me gustaría estar más cerca y poder estar más presente. Echo de menos a veces la cocina, los mercados, oír mi idioma a mi alrededor, manejarme con mis códigos culturales, algunas formas de ser, otras no, al contrario.
Las comidas familiares que parecen no acabar nunca, con sobremesa, charlas, cafés y más charlas, unas formas más “refinadas” por decirlo de alguna manera de lo que veo en Castilla.
Echo de menos la organización de las ciudades y de los pueblos, incluso la estructura de los campos, de los pueblos, en resumidas cuentas, la estética de Francia.
¿Te has sentido acogida?
Sí me he sentido acogida con cariño, por amigos y familia de mi marido. En mi trabajo no tengo problemas. Pero aún me hablan mucho de Napoleón, aún se nota este espíritu de confrontación y competencia entre Francia y España. Muchas personas en España parecen necesitar de alguna manera justificarse, dar explicaciones sobre lo bien que lo hace España también: los vinos por ejemplo, “que aquí también hacemos buenos vinos, muy buenos”; la gastronomía “aquí también tenemos estrellas Michelín y cocineros tan buenos o mejores que en Francia”. Todo esto es verdad, España ha progresado muchísimo en poco tiempo, se nota en muchísimos aspectos. Pero aún queda como un complejo de inferioridad, curiosamente mezclado con un complejo de superioridad (“aquí se vive como en ningún sitio”).
Yo he vivido dos episodios muy claros de racismo hacia mí. Me han dicho dos veces y muy claramente a la cara que el mundo estaría mejor sin los Franceses. Y las dos veces me lo dijeron en público. Y las dos personas que me lo dijeron eran dos señores muy cultos, supuestamente muy educados y muy universitarios.
¿Volverías o piensas volver en el futuro?
Si alguna vez me fuera a vivir a otro país que España, sea para volver a Francia o para ir a vivir a otro país distinto, NUNCA dejaría de volver a España por lo menos de vacaciones. España es parte de mí, con todo lo que me gusta, y lo que me gusta menos, es parte de mí, de mi vida, de mi mundo, de mi realidad, de mi cotidiano desde hace mucho tiempo, es parte de mi vida y quiero que siga siendo así aunque en un futuro sea para algunas temporadas. Me costaría horrores no volver a pisar las calles de Madrid, de Cádiz, de Málaga…tantos lugares que me constituyen también ahora.
¿Qué le dirías a tu yo antes del cambio?
Antes del cambio le diría: “Mira chiquilla, la mochila de problemas que paseas por la vida a tus espaldas es enorme, pesa toneladas. No huyas, enfréntate a ellos, busca soluciones aquí, porque si no lo haces aquí, lo tendrás que hacer allí, tu mochila te acompañará vayas donde vayas. Sé tu misma, y cuando sepas quien eres, vete si quieres, pero caminando sobre tus dos pies y sin agarrarte a ninguna locomotora. Tú tienes que ser tu locomotora, tú tienes que buscar ser feliz, estos pasos lo tienes que dar tú, nadie lo puede hacer por ti”.
😂😂😂😂😂😂quiero que presente en el
2019 los Goya por favor 😂😂
La verdad es creo que la vida te ha dado un regalo, estremo… eso si!
Pero como crees que estarías hoy en día si no te hubieses ido?
Excelente entrevista.
Me encantó la entrevista. Se siente ese dejo de nostalgia que imagino nunca abandona al inmigrante. Las querencias que se dejan del otro lado siempre están presentes. Un abrazo grande. Hermanos por siempre
Siempre es un orgullo abrir tu casa , todas las puertas y ventanas , a estas otras culturas que por muy diferentes que puedan parecer comparando a las nuestra, para nada lo son.
Alojar a Wuan con nosotros dos años
Sirvió para acogerla como una hija más en el seno familiar y compartir muchas cosas, todas ellas buenas, y de la que experiencia se ha forjado una muy buena relación con sus padres y con ella!!!
Puedo decir con orgullo, que es como una hija , Herman y amiga
Todo en una sola persona
Acaso no es inmejorable e increíble
Un abrazo fuerte Euan!!!!