Fotografía

Nunca te fíes de una imagen

Daniel Comeche Fotógrafo

Las imágenes que acompañan el artículo, fueron tomadas por Rineke Dijkstra en 1994.

Son dos imágenes sencillas, claras y directas. Con idéntico tratamiento técnico. No hay artificios ni complicaciones. Casi se podrían tildar de puramente objetivas. Dos retratos, uno junto a otro. Sin más.

Sin embargo y sin que nadie nos lo pida, al mirar, nos surgen las preguntas.

¿Qué podemos intuir tras esos ojos que nos observan? ¿Qué plantea la autora con este juego? ¿De qué quiere hablarnos?

Este texto invita a reflexionar sobre el acto de mirar, pensando en las fronteras que limitan las preguntas que plantea un artista y cómo el espectador construye sus propias respuestas.

Comencemos:

Hay dos imágenes de dos personas. La primera pregunta podría ser ¿son acaso la misma? Incluso escrutando sus detalles, podría dudar que sean o no la misma. Sus ojos parecen tener la misma mirada. La nariz, la boca, los labios son similares. La técnica además las iguala, lo cual podría apoyar la idea de que sí lo sean. Pero hay cosas que no cuadran.

Algo en su expresión sin duda las separa. Algo en los dos personajes que les hace ser distintos. Puede que sea el mismo cuerpo, pero no es la misma persona. La expresión se ha endurecido, sus rasgos se han vuelto más secos.

Si en la izquierda se desliza cierta fragilidad a pesar del cansancio, en la derecha se rinde a este último, llevándolo al agotamiento. Sus facciones parecen sin duda más desgastadas, menos firmes. La ilusión de la primera se torna descubrimiento en la otra.

El corte de pelo también modifica la estampa. En el primero más dulce, en el segundo, más rígido, más maduro, más serio, más ¿masculino? ¿Nos resuelve esto saber si son o no son la misma persona? ¿Acaso podrían ser mellizos?

Podríamos también en una cuestión de género, o quizás del paso de tiempo.

Retomando esto último, al colocarlas en ese orden de izquierda a derecha, nos está orientando a leerlas en el sentido temporal del antes y después por nuestra manera de ordenar la lectura.

Si introducimos entonces la posibilidad de que el mensaje de este díptico haga hincapié en el paso del tiempo ¿Qué ha pasado entre una imagen y otra? ¿Y si el orden cronológico en el que sucedieron las tomas es el inverso al orden presentado? ¿Tendrían el mismo sentido entonces?

Y sin embargo, no dejan de ser convenciones sociales, etiquetas que a base de ser repetidas he interiorizado y que utilizo mientras miro. Es mi trasfondo quien modifica el mensaje:

¿Dónde está la rigidez/delicadeza en la foto? ¿Dónde lo pone? ¿Quién dice que ese corte de pelo es más maduro? ¿Dónde está escrito? ¿Qué pasa si son dos personas distintas? ¿Y si yo fuera oriental y leyese al revés?

La autora “solo” ha tomado dos imágenes, “solo” ha colocado a la(s) modelo(s), solo la(s) ha dejado posar. Lo demás viene después, viene de ti que miras y reflexionas. ¿Dónde está el límite entre lo real y lo imaginado? ¿Lo impuesto y lo objetivo? ¿De qué nos está hablando? ¿Del paso del tiempo? ¿De la identidad? ¿Del vacío existencial? ¿De la ausencia? ¿De la perdida?

¿Suena un árbol cuando se cae si no hay nadie para escucharlo?

Llegamos ahora a un detalle hasta ahora oculto en mi planteamiento. Las fotografías tienen título “Tia, Amsterdam 1998”. ¿Qué ocurre ahora? Acabamos de saber que se trata de solo una persona. Por tanto, ¿qué relación tienen entre las dos imágenes? ¿Por qué una a la izquierda y otra a la derecha? Si ha pasado algo ¿el qué? ¿Una ausencia? ¿Una pérdida? ¿Un cambio de rumbo en su vida?

Seguimos indagando y encontramos un texto en Internet en el que la autora explica las imágenes. Se trata de la misma persona, fotografiada 2 semanas y 6 meses después de dar a luz.

¿Cómo cambia eso nuestra percepción de las fotografías? ¿Vemos ahora la maternidad? ¿El cansancio acumulado? ¿Puedes ver el paso de la juventud a la madurez ahora?

Y sin embargo, Rineke solo presenta dos imágenes. Lo demás, es cosa nuestra.

PS: Título completo de las obras: “Tia, Amsterdam, 14 Noviembre de 1994, 23 de Junio de 1994.”

PPS: El orden original de este díptico, es el cronológico según sus títulos.

Fotografía

Daniel Comeche

Fotógrafo

Me interesa la fotografía como disciplina artística y lúdica.

Disfruto mirando el mundo y jugando a encontrar ​la armonía ​​a través del visor ​de ​la cámara.

Mi formación incluye diferentes cursos​ y​ talleres​, así como u​n master en retrato, aunque donde más he aprendido sin duda es observando la obra de otros ​artistas y trabajando en la mía propia.

Puedes ver más de mi obra en www.danielcomeche.es.