Viajar por el mundo por negocios es interesante y enriquecedor, y a la vez duro y solitario. Este proyecto busca hacer visibles estos dos extremos, procurando mantener la mirada curiosa y sorprendida de cada primera visita.
Viajar de este modo también permite experimentar –y abrazar– un estilo de vida protagonizado por no-lugares (aeropuertos, hoteles, salas de reuniones…) que al mirarse detenidamente revelan atmósferas visuales únicas, alternativamente frías y cálidas. Viajar, finalmente, no es más que una metáfora de vivir.
Las imágenes para el proyecto se han realizado durante unos seis meses, seguidos de un periodo de selección, filtrado y organización que ha generado tres “cuadernos de bocetos”, varias maquetas de libro, además de innumerables conversaciones y reflexiones. Cada imagen se titula con el número de millas acumuladas en el carnet de viajero frecuente en el momento de la toma.
Podría decirse que las imágenes serán familiares para quien haya vivido el mundo de los viajes de negocios, y quizá sorprendentes para quienes lo tengan idealizado.
El objetivo es que para muchos se convierta en una experiencia emocional: curiosa, bella, fría y quizá triste.
El proyecto fue seleccionado en la Semana Descubrimientos de Photoespaña 2016 (entonces aún un trabajo en marcha), y su finalización debe mucho a las conversaciones y consejos mantenidos durante el evento.